COMO HERRAR.
Cómo herrar caballos
Creado por Oscar Avila, Maluniu, Rosy Guerra
Si bien los caballos salvajes pueden andar millas cada día sin ninguna protección en sus pezuñas,[1] los caballos domésticos necesitan herraduras con mantenimiento regular para proteger sus patas de las heridas y para aumentar su efectividad como animales de trabajo. Las personas entrenadas en el arte de las herraduras se llaman herreros. Aprender las habilidades básicas de un herrero es una buena idea para casi todo el que posea un caballo, ya que las herraduras se reemplazan cada cuatro a ocho semanas y el costo de contratar a un profesional puede ser bastante alto.
Parte 1 de 2: Prepara la pata del caballo para colocar la herradura
- 1Quita cualquier herradura que ya esté en la pata del caballo. Para quitar una herradura, primero "rompe" (endereza) los seguros de los clavos (las puntas dobladas de cada clavo que sostiene la herradura) con una navaja o un martillo. Coloca el filo de la navaja bajo el seguro y luego golpea con un martillo para enderezar el clavo. Después, usa unas pinzas metálicas para aflojar y retirar la herradura. Cierra la cabeza de las pinzas alrededor del talón exterior de la herradura y usa un movimiento oscilante para aflojar la herradura. Repítelo en el talón interior y procede de esta manera hasta que puedas jalar la herradura.
- Existen varias alternativas para romper el seguro de los clavos. Si estás en un apuro, puedes usar una piedra y un destornillador de cabeza plana para doblar las puntas de los clavos hacia arriba o, si tienes cuidado de no crear un agujero en la herradura, incluso puedes usar un raspador para limar los seguros.
- 2Levanta la pata del caballo en preparación para la herradura. Cuando coloques una herradura es importante mover la pata del caballo a una posición que no lo sorprenda o irrite, por tu seguridad y la comodidad del caballo. Asegúrate de que el caballo esté consciente de tu presencia dándole unas palmaditas en las ancas. Luego, para levantar su pata, desliza la mano por su pierna, presiona el tendón encima del tobillo y levanta la pezuña. El caballo debe "desplazar" su peso a sus otras tres patas. [2]
- Mientras trabajas, sostén el pie en posición apoyando la cadera en el corvejón del caballo (la articulación grande en la pata trasera) y el muslo (el músculo encima del corvejón). Usa el interior de tu rodilla para jalar un poco la pata hacia afuera y hacia arriba entre tus piernas, de manera que la suela de la herradura esté en dirección a ti. Sostén la pata del caballo con una mano. Esto mantiene la pata del caballo en posición, haciendo difícil que patee o que ponga su pata en el suelo antes de que termines de trabajar.
- 3Limpia la parte inferior de la pezuña. No es recomendable que se acumulen suciedad o residuos entre la nueva herradura y el pie del caballo, por su salud y seguridad. Así que antes de colocarle la herradura, usa una herramienta metálica curva, llamada pico para el casco, para quitar tierra compactada, el lodo, rocas, abono, etc. de la pezuña. Usa golpes hacia abajo del talón a la pezuña. Pasa un cepillo de alambre luego del pico para una mayor limpieza.
- Ten cuidado con la ranilla, que es la porción triangular en medio de la pezuña. Esta parte es muy sensible.
- 4Usa un cuchillo para pezuñas para quitar la suela excesiva y descascarada de la parte inferior de la pezuña. Por lo general, antes de que un caballo sea herrado, la capa exterior oscura y dura de la suela de cada pezuña se retira para revelar el material blanco más suave debajo, en un proceso similar a cortarle las uñas a un humano. Ten cuidado de no cortar demasiado profundo o corres el riesgo de lastimar al caballo o de volverlo cojo temporalmente; al igual que si dejases las uñas de un humano demasiado cortas.
- Este proceso es más sencillo si mantienes la navaja para pezuñas afilada. Si lo haces, ten cuidado, ya que es más fácil que se te caiga accidentalmente y te cortes mientras trabajas.
- 5Corta el exceso de pared de la pezuña con una cortadora de pezuña. La pared de la pezuña (el borde de la pezuña) debe extenderse hasta aproximadamente 8 cm a 10 cm desde el nacimiento del pelo sobre la pezuña misma. Si es más larga, usa una cortadora de pezuña (básicamente un cortaúñas gigante) para recortar el borde de la pezuña hasta un tamaño adecuado.
- Cuando recortes la pezuña con la cortadora, asegúrate de mantener los bordes recortados con rectitud uniforme y nivelados, de manera que se posen al nivel del suelo. Recorta de cada lado del talón hacia la parte frontal.
- La excepción a esto se da en caso de que el aire de un caballo desgaste la pezuña de manera inconsistente. En este caso, es recomendable que quites algo menos de material en el lado que el caballo usa más. Ten cuidado cuando hagas la distinción y, si no estás seguro, consulta con un herrero experimentado.
- Cuando recortes la pezuña con la cortadora, asegúrate de mantener los bordes recortados con rectitud uniforme y nivelados, de manera que se posen al nivel del suelo. Recorta de cada lado del talón hacia la parte frontal.
- 6Usa una lima para aplanar y nivelar la palma. Lo último que debe hacerse para preparar la pezuña para la herradura es asegurarse de que la parte inferior de la pezuña esté lisa, plana y nivelada. Usa un raspador para limar cuidadosamente cualquier área dispareja en la parte inferior de la pezuña. Como siempre, ten cuidado de no reducir la pezuña demasiado y de no irritar la ranilla.
Parte 2 de 2: Coloca la herradura
- 1Adecúa la herradura al tamaño de la pezuña. Tal como con los pies humanos, las patas de los caballos tienen tamaños distintos y, por eso, diferentes caballos necesitan herraduras de diferentes tamaños. Antes de proceder, asegúrate de que las herraduras disponibles sean del tamaño correcto para las pezuñas del caballo. Ten en cuenta que las patas delanteras y traseras de un caballo tienen formas diferentes, así que necesitarás herraduras para cada una.
- Si debes elegir entre herraduras algo grandes y herraduras algo pequeñas, elige las más grandes. Puedes doblarlas, darles forma y limarlas hasta alcanzar un tamaño menor, mientras que las herraduras demasiado pequeñas no pueden agrandarse.
- 2Si es necesario, haz ajustes menores a la forma de la herradura. A menudo, incluso si son del tamaño correcto, las herraduras no se acomodarán perfectamente a la pata de un caballo sin los ajustes necesarios. Tal como los pies humanos, las patas de los caballos pueden ser asimétricas o desiguales. Hay varias formas de personalizar las herraduras. Si tienes experiencia trabajando con metal, puedes calendar la herradura hasta que el acero pueda doblarse al tamaño de la pezuña. Alternativamente, puedes darle forma en frío en un yunque, usando un martillo y tenazas. Algunos herreros no hacen ninguna de las dos cosas, sino que liman las herraduras con una raspadora o una esmeriladora.
- Las herraduras que calzan bien deben alinearse perfectamente con el borde de la pezuña. Quizás tome algo de tiempo hacer que una herradura calce precisamente.
- 3Asegura la herradura en su lugar con clavos. Alinea la herradura de manera que calce perfectamente contra el borde de la pezuña y luego martilla clavos por los agujeros en la herradura para asegurarlo a la pata del caballo. Cuando hagas esto, debes tener cuidado para no lastimar o poner cojo al caballo. Martilla el clavo en la pezuña en un ángulo "hacia afuera" para que la punta atraviese la parte superior de la pared de la pezuña. "Nunca" martilles clavos en el área interior sensible de la pezuña. Para facilitarlo, es buena idea usar clavos diseñados especialmente para pezuñas que tengan un bisel al lado para guiar la punta a través de la pared de la pezuña. Por lo general, con estos clavos especiales, el sello del fabricante en el lado de la cabeza del clavo debe dar hacia el centro de la pata (en dirección a la ranilla). Esto asegura que el bisel apunte en la dirección correcta.
- Algunas herraduras modernas usan pegamento en vez de clavos para sostenerse en su lugar. Si te preocupa lastimar al caballo, quizás quieras probar esta alternativa. Ten en cuenta que los métodos de aplicación para las herraduras con pegamento pueden variar. Consulta al fabricante o a un herrero experimentado para obtener más información.
- 4Dobla y retira las puntas de los clavos. Una vez que cada clavo haya sido colocado, usa el extremo de garra del martillo para doblar la punta del clavo contra la pared de la pezuña. Luego, tuerce la punta o usa una cortadora para doblar y asegurar las puntas. Intenta dejar aproximadamente medio centímetro sobre el extremo del agujero formado por el clavo que apunta hacia el dedo. Esto asegura que el clavo pueda sostener la herradura en su lugar sin que la punta afilada dañe al caballo.
- 5Asegura el clavo. Pon un asegurador debajo del clavo de la pared exterior de la pezuña y luego asegúralo a la pezuña golpeando la cabeza una vez con el martillo. Esto le da al clavo un agarre firme en la pezuña del caballo, garantizando que quede en su lugar. Puedes usar una herramienta de acero dura, como una cortadora, en vez de un asegurador en un apuro.
- Otra opción es usar una herramienta especializada llamada “clincher”. Con esta herramienta, todo lo que debes hacer es alinear las tenazas sobre el clavo y presionar las empuñaduras.
- 6Lima cualquier área áspera en la pared de la pezuña. Finalmente, dale al exterior de la pezuña un acabado con lima, alisando cualquier área irregular y dándole a la pezuña un acabado limpio. Presta atención a las puntas de los clavos presionadas, que también puedes limar hasta alisarlas. Idealmente, al acabar, deberías poder pasar un trapo por la pared de la pezuña sin que se atasque.
- Quizás también notes que algo de material excesivo sobresale del borde de la herradura. Si es el caso, usa una cortadora o tenazas para quitarlo.
- 7Repite el proceso tres veces más hasta herrar las cuatro pezuñas. Recuerda que las pezuñas traseras y delanteras requieren herraduras de formas diferentes y que incluso las dos delanteras o las dos traseras pueden no ser perfectamente simétricas.
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